La carta que nunca te escribiré…
9 d octubre, fecha festiva aquí en Guayaquil, mucho más festiva en mi familia, hoy cumples 35 años, y ahí continuas, con tus lecciones, tu entereza, tu alegría, tu presencia.
Continúas dando todo de ti, a pesar de todo. Tus consejos aun reposan en mi memoria, tu imagen aun es autoridad, tu sonrisa aun es alivio…
Mas no puedo ignorar tu ausencia, en casa no podemos llenar tu vacio, tampoco queremos. Somos felices sabiendo que tú lo eres, que estas donde nadie te puede dañar, y que continuas con nosotros, aunque la barrera infranqueable de la muerte intente hacernos creer que no es así.
No miento si digo que varias veces tuve el anhelo de estar en tu lugar, mas comprendo que si sigo aquí es por algo, y que la misión que me dejaste, por mas difícil que me resulte, tengo que cumplirla.
Tu misión en este mundo fue corta, pero muy significativa. Te fuiste con apenas 21 años y sin embargo influiste en nuestras vidas como ninguna persona lo hará jamás.
Hoy quise hacerte un homenaje en el que hubiera sido tu cumpleaños 35, muchas noches pase pensando en que decirte, y hoy frente a la pantalla me quedo sin palabras, al final lo único que se me viene a la mente es el miedo, miedo a ya no poder recordarte, miedo a perder tu imagen en mi memoria. Todos los días veo tu foto para no olvidarte y ya parece no ser suficiente.
Algún día volveremos a vernos, lo sé, y realmente espero ser todo lo que esperabas de mi, espero no defraudarte.
Todo lo que ahora puedo decir es que te quiero y extraño.
Feliz cumpleaños, hermanita!!!
